Un momento que puede parecer efímero, en una imagen permanece para siempre... Bienvenidos al cajón de mi memoria, donde guardo mis mejores recuerdos, junto a las imágenes que capto con mi cámara...

miércoles, 22 de febrero de 2012

Bendita Cuaresma, te estaba esperando.

Bendita Cuaresma, llevaba 312 días esperándote, aunque en realidad, no han sido solo estos meses de espera, sino que podría decir que llevaba dos años esperándote. Pues bien sabes, que estos dos últimos años, las circunstancias laborales me han tenido alejada de mi tierra, obligándome a vivir una Cuaresma granadina de fines de semana.

Cuaresma, es por ello que te recibo con el entusiasmo que llena mi ser de olor, sonido, color, emoción y sentimiento que reconfortarán mi alma, renovando mi ánimo, grabando nuevas instantáneas en mi memoria.


Tú sabes que no hay día del año, en el que no me evada en mi memoria, y recree en mi pensamiento esa momento que me llevó a la gloria, o ese otro momento digno de ser guardado en el archivo personal que conforma mi recuerdo.

Durante los compases de espera, las marchas siempre me acompañan, porque esa música que acompasa la mecía de unas bambalinas se gubian en el sentimiento, y resuenan por siempre en mi corazón.


Una vez que la capa de Baltasar se pierde deja un halo de ilusión, que me hace buscar cualquier signo que me haga sentir cercana tu llegada. Múltiples conciertos y presentaciones de carteles hacen que te sienta cada vez más cerca, y cada mañana de camino al colegio, los almendros también van descontando días, hasta presentarse llenos de vida.

Como cada año, llegas silente, intentando pasar desapercibida entre máscaras y comparsas, al tiempo que vuelves coloreando de vida las calles de un Barrio que se convierte en el escenario perfecto para recibirte.

Esperaba tu llegada, porque contigo llegará el Señor de las Tres Caídas al Realejo, mi Cristo; esperaba tu llegada para disfrutar de la palabra que pregonará la Semana Santa que viene de tu mano; esperaba tu llegada para volver a besar al Señor en la Magdalena; esperaba tu llegada para dejarme llevar por cada redoble de tambor, que anuncia que el Domingo más bonito del año se acerca, sin solución de continuidad...

Llegado ese momento, el Señor nos dará salud para vivirlo, un compás para sentirlo, y un Barrio donde disfrutarlo...

Querida Cuaresma, bienvenida.

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