Llegó la cita de cada primer viernes de marzo, en la que Jesús del Rescate, nos espera en Su casa revestido de fiesta.
Nos espera pacientemente, como cada día del año, pero hoy es diferente. Hoy lo tendremos algo más cerca, con su pie adelantado esperando ese gesto de cariño que me dejará sin palabras, como cada vez que me pongo frente a Él.
Esta cita será una de las vísperas que esperan ya impaciente esa tarde del Lunes Santo en la que volveré a acompañarte bajo mi capillo, internada en tu cortejo.
Padre mío y Redentor,
Dulce Jesús del Rescate,
yo te pido tu amor,
que ese amor tuyo me mate
antes que serte traidor.
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