Ya se va dejando sentir.

La luna llena que nos daba la bienvenida en este atardecer, me ha hecho sentir cercana la presencia de todo aquello que llevamos un año esperando.

La primera luna llena de la primavera, es la que marca la celebración de la Semana Santa; Semana, que me regala imágenes y recuerdos que llenan mi memoria alimentando este sentimiento durante todo el año.

Esa luna que se dejaba ver entre las nubes, que el aire mueve de manera caprichosa, me ha transportado rápidamente a esas noches de primavera en las que Jesús camina con una mecía acompasada al son del redoble de un tambor...

Por un momento, he sentido cerca el bullicio que rodea a los pasos de misterio que avanzan valientes impulsados por el quejío de una corneta, y un escalofrío recorría mi piel al sentir a la Madre de Dios bajo palio al son alegre de Campanilleros...

Pero aún hemos de esperar algo más de cuarenta días, para volver a vivir esos momentos que guardamos en la retina de la memoria... Aunque, antes de que lleguen esos ocho días, la Cuaresma nos volverá a traer unas vísperas llenas de estampas inolvidables, que sin duda, inundarán esta memoria.


Mientras llegan esas vísperas, seguiremos disfrutando de los conciertos que nos ofrecen nuestras formaciones, de los primeros carteles que anuncian con elegancia que la Semana Mayor se encuentra ya cerca, y en definitiva, de esas convocatorias que se anticipan a la Cuaresma.